4/27/2006

Uno es más que un par...

Cuántas veces han escuchado que la lógica matemática no se equivoca, que es casi perfecta y que no hay nada mejor que los numeros. La verdad es que después de todo ninguna ciencia es exacta, ni siquiera la matemática, ya que por alguna razón existen los decimales.

Bueno, el otro día me junté con Raul Rios Cavada, amigo de muchas tertulias en el laboratorio de foto con nuestra amiga Iris- a quienes les mando un abrazo enorme- tratando de conquistar o arreglar el mundo.

El sábado nos juntamos en un bar decente- ya que estabamos recien pagados- y en la compañía de una cerveza, comenzamos a hablar de lo humano y lo divino, de nuestras vidas y como la inmortalidad del cangrejo es más que una idea, es un estilo de vida. Con esto de mi práctica en el Financiero y mi amigo trabajando en el mundo inmobiliario, abrimos la tertulia de como vender casa con un overol, sin que los clientes se retiren antes de tiempo.

Además, me contaba de como logró vender varios departamentos y que las comisiones- por miserables que sean, van acrecentando sus arcas fiscales para volver a estudiar. En eso comenzamos a hablar de mujeres, que siempre aparecen en las conversaciones cuando es momento de sincerarse.

Citamos situaciones añejas y las comparamos con las nuevas, y me dí cuenta de que cada vez nos acercamos a lo que ellas quieren y no lo que uno necesita. Puede ser muy machista este pensamiento, pero si antes la frase era "ellos cuando quieren, ellas cuando pueden", ahora se reduce a "ellas cuando quieren y cuando pueden".

Esta reflexión, masticada durante días, me llevó a decir que los hombres anticuados si necesitan de una mujer para mantener una casa, pero el hombre moderno no las necesita y es más lo comprobé cuando mi mejor amiga no sabía como pasar una miserable aspiradora en la alfombra.

También, creo que la mujer de hoy- que se jacta de ser más liberal e independiente- necesita de un hombre moderno, ya que esta femina del siglo 21 no sabe siquiera freir un huevo. Entonces, amigos y amigas, uno puede no depender de un par de piernas suaves para ser feliz.

He Dicho.

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