3/14/2008

¿Qué Pasó?

Hubo un día en que la cabeza me dio vueltas en 180 grados. Me volví completamente loco, todo por un par de ojos cafés, grandes, llenos, luminosos y misteriosos.

La primera vez que los vi fue en una fiesta. Rara fiesta porque tenía todos los condimentos: peleas, lágrimas, baile, alcohol, temas banales y mucha diversión en un grupo que promediaba los 26 años.

Entre esa multitud yo me encontré con esos ojos, que al principio me miraban desconfiados y lejanos. No obstante, lo único que quería era tenerlos cerca, muy cerca. Luego abrí el espectro visual y mire tu cuerpo, que me causó cierta atracción, pero no la suficiente, eran tus ojos lo que yo quería.

Con el pasar de la noche comenzamos a conversar y me sentía cómodo, yo esperaba que tu también sintieras lo mismo, pero no lo demostrabas. Si a esto le sumamos alcohol y juerga la mezcla puede ser peligrosa.

Tras esa noche me desesperé, solo quería verte, poder decirte que me gustabas y que tus ojos eran lo más maravilloso de la vida, que tu cuerpo me evocaba tiempos pasados como de otra vida y que tu compañía era eternamente agradable.

Pasaron los años y las cosas se fueron poniendo difíciles, ya que no teníamos contacto. No sabía nada de ti, hice los esfuerzos para encontrarte, llame a mis amigos, a la policía, al registro civil e incluso te fui a ver al supuesto trabajo que tenías, sin embargo ninguna pista pude tener de ti.

Ya sin esperanzas me fui al parque Forestal a ver las hojas de primavera que en los árboles resplandecían, caminé hasta el Bellas Artes y para mi sorpresa te vi, sentada en una banca esperando que el tiempo pasara.

Corrí hacia ti, te miré y dije: “¡¡Me gustas, quiero tus ojos y tu boca!!”. En eso te besé, con miedo, con rabia y con locura, en realidad eran las ganas contenidas de muchos años. Al abrir mis ojos grande fue mi sorpresa. Ya no estabas. ¡¿Que pasó?! Te esfumaste… te hiciste humo…
¿Dónde estás ahora o solo fuiste un sueño creado por mi locura?