5/11/2011

Demos-cracia

Mucho se ha hablado de Hidroaysen y de lo que podría pasar, las protestas y el revuelo mediático. Pero no se ha analizado algo más de fondo que es el proceso democrático en temas que al país le importa y le incumben no a un grupo de adinerados, sino que a los 16 millones y contando de compatriotas y ciudadanos que vemos como se pasan por el aro el termino “democracia”.



En casi 20 años, no ha existido un solo plebiscito donde se puedan realizar campañas informativas de ambos lados y que los ciudadanos decidamos que es lo mejor para el país. Paradojalmente en los tiempos del Gral. Pinochet hubo dos plebiscitos uno en 1980- con muchas irregularidades por cierto- y otro en 1988, donde la gente pudo votar y decir lo que opinaba en el escrutinio. Un acto básico en un país que se hace llamar libre y soberano.

Con la llegada de los gobiernos democráticos, la gente ha visto como desaparecen medios informativos, se potencia la violencia en las calles, la gente prefiere no entender nada y dejar todo en un estatus quo, cómodo para políticos ansiosos de poder.

Pero también hay que mencionar que los que salen a las calles a protestar en su mayoría no votan, muchos siguen la corriente, facilitan el trabajo policial y aumentan la legitimidad del gobierno para decir “reducimos una protesta vandálica y sin sentido”. Es por esto que la oposición ciudadana debe comenzar a reformularse y tratar de que sea un poco más creativa aprovechando las multiples plataformas tecnológicas disponibles.

En definitiva, estamos en un país donde la democracia es como un jarabe para la tos: tómese una o dos cucharadas de opinión y libertad, cada cuatro años.

4/07/2011

Padres Primerizos

No voy a caer en el clásico cliché de que ser padre es lo mejor de la vida, que lloro por los pasillos cuando la veo, que no me importa nada más que mi hija y esas cosas. ¡NO! Pero si debo decir que es una de las etapas que ojalá todo ser humano que pise esta bendita tierra debe experimentar, ya que dentro de la pareja la situación se vive de distinta manera. En el caso de la mujer es lógico que tienen una conexión mayor, ellas son las responsables del 80% del crecimiento y desarrollo del bebé desde su gestación en adelante. Un 10% de la responsabilidad la tienen los bebitos y el resto los padres. Pero, ¿qué nos queda a nosotros? La no menospreciable tarea de ayudar a la madre. Si, porque finalmente ellas necesitan de nuestra ayuda y nosotros no podemos negarnos, aunque andemos cagados de sueño a levantarnos a preparar la mamadera, o cambiar el pañal lleno de caquita y limpiarle el potito mientras tu pequeño/a te mira con cara de circunstancia, como diciendo: "Papi, no olvides que si no me limpias bien, se me coce el potito". También andas saltón por la vida. Un ruido raro y vas a verla, un grito y corres, en la noche te levantas y la molestas para saber si respira y así suma y sigue. Sin contar con las llamadas en horarios inoportunos al pediatra para preguntarle algo y te dejan con la sensación de que estás preguntando una webada. Sin contar con que todos se ponen a opinar. Tus viejos, tus suegros, todos creen tener la receta mágica para criarlos y uno se estresa por la cantidad de información, más lo que dice la gente, el pequeño/a llorando... ¡COLAPSO! En fin, la única recompensa que queda después de este caos- que traté de resumir para no dar la lata- es ver como cada día ese espermatozoide y ese óvulo combinados, que estuvo multiplicándose millones de veces hasta formar una personita durante nueve meses, sigue creciendo fuerte, sana y feliz a pesar de su fragilidad inicial. Y a pesar de que posiblemente seguirá creciendo hasta ser un hombre o mujer desarrollado, nunca te vas a olvidar de sus primeros instantes de vida y que será la primera postal que guardas en tu memoria y eso lleva inexorablemente a creer que los hijos nunca dejarán de ser bebés aunque cumplan 100 años.

2/10/2011

Cuenta regresiva

Estamos a menos de 30 días para la llegada de mi hermosa hija y aún nos falta mucho por hacer. No es mi afán andar corriendo, pero siento que el tiempo avanza y estamos cada vez más cerca de que Zinnia Lis vea la luz.

Pero mientras ella flota en ese líquido exquisito y relajado incrustado en el útero de mi Alicia, yo estoy con ataques a la prostata (recuerden que las mujeres son histéricas, nosotros prostáticos), porque siento que por un lado me siento preparado para ser buen padre, mientras que mi lado más interno tiene pánico. Pánico porque no me gustaría decepcionar a mis dos bellezas del oriente.

Es por esto que cada vez que toco la panza de mi Alicia, sé que hay un ser vivo que está dispuesto a salir al mundo a brillar y con su inocencia espera pintar el mundo de colores y sueños. Aunque siento que ya tiene pintado el mio, a veces me siento a pensar en como protegerla de este mundo de mierda, plagado de maldad y gente mal intencionada... lo digo porque lo viví y hace muy poco.

Y la respuesta es: no puedo hacer nada ¿Por qué? Porque uno puede enseñarle lo básico, por ejemplo saludar, comer bien, ser amable y respetuoso, que aprenda lo que es bueno y lo que no, que juegue y se divierta con el mundo que le rodea. Pero a su vez, cuando crecen uno no puede elegir sus amistades, juegos, locuras, amores, odios y penas, ya que ellos no son una copia fiel de los padres, sino que son individuos que tienen una meta, un ideal y lo unico que puede hacer uno es orientarlos hacia esa meta.

Es cierto que mi gordita aún no nace y se mantiene en esa piscina tibia que se hace cada vez más pequeña y que mi hermosa mujer está con la carita llena de felicidad, ilusionada con lo que está sucediendo... pero por mi parte y después de disfrutar todo este proceso, me cayó la preocupación de manera tan fulminante como los relámpagos del otro día... así de rápido tambien, llegará el día en que nazca, crezca, se desarrolle y forme familia, mientras yo estaré lleno de canas, con la panza gigante, sentado en la mecedora con un bastón al lado izquierdo y al derecho espero tener a mi viejita.

De ahora en adelante solo tengo ganas de nacer otra vez.